El sitio
Kuivi busca la recuperación de espacios a través de la cultura y el ocio. Recuperación desde el punto de vista social, urbanístico o ambiental. Y por eso, tras tres ediciones en emplazamientos temporales, llegamos a casa, a nuestro mayor reto: a recuperar la primera zona logística que tuvo Oviedo, un espacio degradado pero con una ubicación privilegiada. Así nace Kuivi Almacenes en verano de 2024.
Kuivi Almacenes está situado en la calle Almacenes Industriales. En la parte trasera de la estación de autobuses de Oviedo, a cinco minutos caminando de la estación de ferrocarril y, por tanto, de la calle Uría.
Almacén de tornillería, taller… y después de treinta años abandonado y tras su reacondicionamiento, espacio cultural: ya tenemos una nave de 700 metros cuadrados, con distintos espacios para el desarrollo de actividades, y un solar con más de dos mil, que también fue muchas cosas: la última, almacén de aceites antes de colapsar por un incendio.
Empezamos aprovechando los “mientras tanto» de los lugares, pero Kuivi Almacenes es ahora otra cosa. Un espacio permanente. Un contenedor para la creación independiente. (Casi) Un barrio cultural. Pero no nos tomemos demasiado en serio, que cansa mucho…
Historia
En las inmediaciones de la estación ferroviaria de Oviedo, el barrio más cercano al Monte Naranco fue muchos años en Oviedo un enclave logístico para el comercio regional. En la actualidad, la mayor parte de esas naves están en ruinas.
«La historia de Almacenes Industriales se remonta a 1928, cuando aún no existía Ciudad Naranco. Segismundo Izquierdo y Matías Rodríguez levantaron entre la estación de ferrocarril del Norte y el camino de Ferreros las diez primeras naves. Poco a poco fue creciendo la actividad económica y la población. Los trenes llegaban a la parte trasera de la calle y allí, con unos bueyes, se descargaba la mercancía que traían, como aceite, vinos y cereales, para todo Oviedo. Durante la Revolución de 1934, los levantados dispararon con ametralladoras desde los techos de las naves. Más tarde, el Ayuntamiento se anima a urbanizar la calle y en 1956 le da su nombre actual». El Comercio, 21/05/2017